1. S. [Geofísica]
El espesor mínimo necesario para que una capa de roca resulte visible o distinguible en los datos de sísmica de reflexión. Por lo general, el límite detectable es al menos 1/30 de la longitud de onda. La adquisición de datos sísmicos de frecuencias más altas generalmente se traduce en una mejor detección o resolución vertical de las capas más delgadas.